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Joan Cuscó (39 años), un mes en coma por un accidente en patinete eléctrico sin casco: “La Seguridad Social no cubre la rehabilitación crónica y no me puedo permitir todas las sesiones”

Joan Cuscó (39 años), un mes en coma por un accidente en patinete eléctrico sin casco: “La Seguridad Social no cubre la rehabilitación crónica y no me puedo permitir todas las sesiones”

Joan Cuscó (39 años) no recuerda el momento exacto del accidente. Solo sabe que iba en patinete eléctrico, sin casco, y que acabó con una lesión cerebral tan grave que los médicos se plantearon desconectarlo. Estuvo un mes en coma. Tenía tres hijos pequeños y una vida normal. Hoy vive con una invalidez absoluta y continua en rehabilitación.

Fue su mujer, Sílvia, quien recibió la llamada del hospital. “Me dijeron que no habían visto a nadie perder tanta sangre. Le salía por la nariz, la boca... Me pidieron que fuera cuanto antes. Ya en el hospital, me dijeron que no había nada que hacer y que lo iban a desconectar. Luego decidieron mantenerlo con vida para ver si podían donar sus órganos, y porque su madre estaba de viaje y aún no había vuelto”.

Sílvia, la mujer de Joan, dejó el trabajo para cuidar a su marido durante la fase más crítica de su lesión
Sílvia, la mujer de Joan, dejó el trabajo para cuidar a su marido durante la fase más crítica de su lesiónJ.C.

El testimonio de Joan Cuscó, que rememora con la ayuda de su mujer, ilustra perfectamente hasta qué punto un trayecto cotidiano en patinete puede acabar en tragedia. Hace cuatro años, Joan circulaba de noche por una calle en San Cugat del Vallés. No advirtió un bache en el camino y la rueda de su patinete quedó atrapada. El impacto le hizo perder el equilibrio y salir despedido, su cabeza golpeó el suelo. “Fue como si se rompiera en 50.000 pedazos”.

El accidente le dio un vuelco a la vida. Joan estuvo un mes ingresado en el Institut Guttmann y después siguió cinco meses más de tratamiento ambulatorio en el centro badalonés. Tuvo que volver a aprender a caminar. Perdió parte de la visión, lo que al principio le hacía tropezar a menudo y caer sin darse cuenta. La parálisis facial le impedía abrir un ojo y mover bien la boca. Hoy continúa con la rehabilitación, aunque de forma más esporádica: “No me la puedo permitir tan a menudo como me gustaría porque la Seguridad Social deja de cubrir este tipo de terapias cuando el paciente entra en fase crónica”.

Cuscó sigue con la rehabilitación cuatro años después del accidente 
Cuscó sigue con la rehabilitación cuatro años después del accidente J.C.

“Quiero que la gente entienda que el patinete eléctrico no es un juguete, es un vehículo”, insiste Joan. “He ido a dar charlas a escuelas con la gente del Institut Guttmann, y cuando veo chavales que van sin casco... Yo tengo tres hijos. Creo que el carnet debería ser obligatorio para conducir un patinete, y también un seguro. ¿Qué pasa con las personas que sufren un accidente por culpa de un conductor de patinete?”, se pregunta Cuscó. “También habría que regular bien por dónde deben ir los patinetes y crear más carriles-bici para que circulen por allí”, añade Silvia.

La doctora Eulàlia Bertran, médico rehabilitadora del Institut Guttmann, confirma que los accidentes con patinetes eléctricos están dejando cada vez más secuelas graves. “Desde que empezamos a contar los casos en 2022, hemos visto una línea ascendente: ese año tratamos a una persona. En 2023 fueron siete, en 2024 ya fueron trece. Y en 2025, a mitad de año, llevamos otras siete. Lo preocupante no es solo el número, sino la tendencia”.

Eulàlia Bertran, médico rehabilitadora, conversa con una paciente en el Institut Guttmann 
Eulàlia Bertran, médico rehabilitadora, conversa con una paciente en el Institut Guttmann Institut Guttmann

Bertran advierte que los datos del centro están infraestimados. “A veces los accidentes se registran como de coche, moto o atropello, cuando en realidad son con patinete. Y nosotros solo vemos lesiones neurológicas, además de que tratamos los casos más severos”. Por cada persona accidentada por patinete que llega al Guttmann, hay decenas más que se quedan fuera del radar, ya que las fracturas, contusiones o traumatismos que no requieren rehabilitación intensiva no se ven ahí.

Las consecuencias de un traumatismo craneoencefálico o una lesión medular pueden ir desde la pérdida de fuerza o sensibilidad en brazos y piernas -lo que en muchos casos supone una tetraplejia- hasta trastornos de conducta, dificultad para hablar, problemas cognitivos o incluso la necesidad de alimentarse por sonda. “Hay personas que no vuelven a valerse por sí mismas y necesitan ayuda para vestirse, ducharse o comer”, explica.

Según Bertran, la mejoría tras una lesión cerebral suele ser mayor en los primeros meses, pero no siempre se alcanza una recuperación completa. “El techo de mejora lo marca la propia lesión. Puede haber avances durante un año o más, sobre todo si hay afectación cognitiva y la persona es joven. Pero lo habitual es que quede alguna secuela. En muchos casos la rehabilitación debe mantenerse de forma crónica, tanto a nivel físico como cognitivo”.

Las imprudencias con patinete eléctrico suponen un riesgo para el usuario y para el resto de personas de la vía pública
Las imprudencias con patinete eléctrico suponen un riesgo para el usuario y para el resto de personas de la vía públicaGetty Images/iStockphoto

Más allá del sufrimiento individual, estos accidentes tienen un fuerte impacto en el entorno familiar, emocional y económico. “Tener una lesión de este tipo te rompe la vida”, resume Bertran. “Y también la de quienes te rodean”, apostilla.

La doctora insiste en la necesidad de aplicar medidas de prevención. “Hay factores que sí podemos controlar: llevar casco, usar el patinete en buen estado, circular por donde está permitido, respetar los límites de velocidad, señalizar correctamente... Y sobre todo, cambiar la mentalidad. Necesitamos una cultura de convivencia. El patinete no es una moda ni un juguete. Es un medio de transporte, y hay que tratarlo como tal”.

Joan, que habla pausado pero con convicción, lo tiene claro. “Si mi historia sirve para que alguien se ponga un casco antes de subirse a un patinete, ya habrá valido la pena explicar todo esto”. “Es el mensaje que transmito siempre en las charlas con los chavales”, sentencia.

lavanguardia

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